Admirador de la cultura "Lovecraftiana", Gustavo decide abandonar la postura de espectador y se lanza a la aventura de escribir, encontrando en el camino no solo momentos amargos, sino también verdaderos destellos de plenitud. Nos habla sobre eso y más en esta interesante entrevista.
El gusanillo me entró hacia los 15 ó 16 años. Entonces leÃa mucho a Tolkien y a Lovecraft, como es natural, y me entraron las ganas de hacerlo yo también. Mis primeros intentos fueron un fracaso, asà que lo dejé aparcado durante mucho tiempo, hasta hace relativamente poco, cuando una historia me empezó a rondar la cabeza y pensé que merecÃa la pena que cobrara forma.
2.- ¿A quiénes consideras como tus maestros? ¿A quiénes admiras en la actualidad?
Como digo arriba, Tokien y Lovecraft fueron excelentes primeros contactos: el primero por tener una escritura muy sencilla, pero muy bella, y el segundo por esa maestrÃa en describir un ambiente de terror incomprensible. Luego he ido ampliando y me he fijado en autores “más adultos”, como pueden ser Victor Hugo, Dostoievski y Faulkner, en cuanto a novela; también Luis MartÃn-Santos: me impresionó su Tiempo de silencio. Y luego, de otros campos, tengo a Bertolt Brecht como referente estético, a GarcÃa Lorca como máximo exponente de la poesÃa en castellano, Antonio Machado y su teorÃa de la universalización del sentimiento… De todos ellos saqué alguna enseñanza a la hora de escribir: principalmente, el distanciamiento: una manera de referirse a algo sin señalarlo directamente; formas alternativas a la narración lineal; y la sutileza a la hora de tratar temas sociales: aprendà que es mejor que subyagan como contexto, de manera que acaben convirtiéndose en el hipertexto.
Confieso no leer demasiada literatura actual, pero, a parte de los escritores ya consagrados, me gustarÃa mencionar a dos autores poco conocidos, pero de gran calidad, que han tenido bastante influencia a la hora de ponerme a escribir y decidirme a publicar. El primero, José Palacios: un actor ya retirado que ha escrito una muy interesante saga egipcÃaca, que me aconsejó escribir de manera que el lector se meta en la piel del personaje; y Cristina Bermejo Rey, una autora que ha mezclado temática romántica y de terror, y ha sido mi guÃa a través de los recovecos del mundo editorial: no solo ha sido la lectora 0, sino que también fue quien me animó a escribir, a pesar de mi cerrazón hacia ello.
«Me gustan las lecturas que tienen ese trasfondo que te explica por qué una persona se comporta de esa manera y no de otra, cómo eran o son las relaciones sociales de la época»
3.- ¿El género que escribes es el favorito de tus lecturas?
Depende de cómo lo enfoquemos. Si consideramos mi libro como novela negra y policÃaca, confesaré que no es mi tema favorito de lectura, pero sà es uno de los que más me gustan en cine clásico. Pero si lo consideramos con cierta temática social, ahà admito que sÃ: me gustan las lecturas que tienen ese trasfondo que te explica por qué una persona se comporta de esa manera y no de otra, cómo eran o son las relaciones sociales de la época, etc.
4.- De todas las obras literarias ¿cuál es tu preferida? ¿Por qué?
Es difÃcil quedarse solo con una. Por géneros, en novela me quedarÃa con Los Miserables de Victor Hugo, porque es un libro que habla de una esperanza de redención de la humanidad y tiene ese componente social que subyace durante la narración. En poesÃa, Poeta en Nueva York de Lorca me parece insuperable, por sus tremendas imágenes y sentidos, y, una vez más, por su trasfondo de denuncia. En teatro me es más difÃcil escoger: Lorca, Brecht, Valle-Inclán, Shakespeare, Buero Vallejo…, cualquier obra que trate de las grandes pasiones humanas. Y, en cuanto a ensayo, El hombre unidimensional de Marcuse me parece esencial para comprender la sociedad contemporánea.
5.- ¿Cómo es el ambiente literario en tu paÃs con respecto al género del que escribes?
Lo cierto es que lo desconozco. Es cierto que la novela negra y policÃaca está algo en alza, gracias a ciertos autores, pero no era algo en lo que me fijé a la hora de ponerme a escribir: sencillamente tenÃa una historia que encajaba en ese género, pero no pensé en encasillarla.
6.- ¿Estás trabajando en algún proyecto recientemente?
Estoy revisando dos novelas que escribà a modo de spin-off de esta primera, mientras buscaba editorial. En esta ocasión son dos historias de amor, pero con un trasfondo social importante también.
7.- ¿Cuánto tiempo consideras el adecuado para gestar y escribir una novela? ¿Por qué?
Eso siempre depende de cada uno. Suelo tardar poco porque ya tengo las grandes lÃneas en mi cabeza, asà que solo tengo que construir puentes entre ellas. Puedes tardar una semana, un mes o un año o lo que sea en gestártela y escribirla, depende de tu modo de trabajo, pero el trabajo más arduo viene después: ponerla a prueba, revisarla, dársela a gente de confianza que tenga una cierta idea, para encontrar los fallos gramaticales y de estilo, además de los hilos sueltos, los huecos argumentales y la coherencia de la obra.
8.- ¿Te consideras un escritor mapa o un escritor brújula?
Generalmente, mapa: cuando me pongo a escribir suelo saber ya cómo va a acabar y cuáles van a ser los momentos cruciales. Sin embargo, para llegar del punto A al punto B, necesitas la brújula para no perderte en el trayecto: forzar la creatividad y la imaginación. Supongo que al revés también pasarÃa, solo que quien es más brújula tendrá que revisar el mapa que ha trazado desde que comenzó hasta que terminó.
9.- ¿Por qué decidiste publicar con un sello editorial y no autopublicarte?
Fue un golpe de suerte. Mi máximo respeto para quienes, bien porque no encuentran la editorial adecuada, son rechazados por sistema o prefieren gestionar todo ellos mismos, se inclinan por alguna plataforma de autoedición; pero yo querÃa, por vanidoso que suene, el libro fÃsico y disponible. Sin embargo la búsqueda era dura: rechazos o silencio, cuando no la oferta de coedición: recibà ofertas muy válidas y muy dignas, a parte de las que todos ya nos conocemos (libros a medida dependiendo de lo que pagues, decirte que no es coedición pero verte obligado a comprar un mÃnimo de ejemplares, nula promesa de promoción y cobertura…), pero no podÃa permitÃrmelo. Asà que me puse un plazo: si en un año nadie se atrevÃa a publicarla, recurrirÃa a la autoedición. Pero entonces Libros Indie se cruzó en mi camino: les gustó el libro y estaban dispuestos a publicarlo sin cobrarme nada por ello.
10.- ¿Cuánto demoraste en concebir tu primer libro?
Fue un proceso muy fugaz, en parte porque ya tenÃa la historia muy bien formada en mi cabeza. En realidad iba a ser un relato corto: empecé a pensar en una historia sobre un ex torturador franquista y me dieron unas ganas terribles de ponerla sobre el papel; pero, a medida que lo escribÃa, el relato me pedÃa más. Me llevó una semana confeccionar el primer borrador.
11.- ¿Existe un horario propicio para ponerte a componer y escribir? o ¿cualquier momento del dÃa es ideal?
En principio cuando puedo, pero descubrà que, en mi caso, si lo dejaba para casi el final del dÃa, cuando ya hubiera acabado mis tareas diarias, tendrÃa muchas más ideas y más Ãmpetu para escribir.
12.- ¿Prefieres escribir en silencio o con música?
Me da un poco igual: generalmente siempre hay ruido de fondo, que no depende de mà a veces. De hecho, no suele gustarme el silencio absoluto.
No obstante la música puede suponer un combustible a la hora de escribir una cierta escena. Por ejemplo: en uno de mis borradores me estaba costando un poco describir lo más vÃvidamente posible un cuadro de emociones fuertes, asà que recurrà a Queen y su “Who wants to live forever?” y aquello cobró una dimensión más profunda.
13.- ¿Sueles corregir tus propios relatos o una vez escritos, simplemente los publicas?
Siempre corrijo porque siempre hay algo que corregir. Además trato de que otra persona lo haga también porque a mà se me escaparán cosas (como a cualquiera): puedo estar seguro de haberme expresado bien, pero si quien me lo está corrigiendo me dice que le chirrÃa la expresión o que parece otra cosa, le hago caso, porque está leyendo como lectora y no como autora.
14.- ¿Consideras importante el proceso de corrección de un libro? ¿Te ha causado alguna complicación?
Creo que es el más importante en cierto sentido, porque ahà verás si tu libro funciona o no. Ninguna producción, literaria o no, te va a salir a la primera: lo que obtendrás será un borrador o un boceto al que tendrás que darle nuevas pinceladas; entonces viene el momento de evaluar todo el contenido y de cuidar que no haya errores gramaticales y sintácticos muy graves (puede ser causa o excusa de rechazo editorial), de los que nadie está exento. Soy partidario de hacer esto mientras lo escribes y luego, una vez has acabado, varias veces, aunque aquà entra en juego un factor de riesgo, y es que a la tercera vez que te releas, es probable que ya no te guste tanto tu libro, por lo que conviene espaciar las revisiones. Además, lo importante, por supuesto, es que alguien te ayude, y ser sumamente cuidadoso, porque no todas las editoriales cuentan con correctores: algunas te lo dicen con plena sinceridad, pero otras eluden esta información. Hay que ser consciente de que, haya correctores o no, el responsable del contenido y la forma del libro es el propio autor a la vista del público (y, la mayor parte de las veces, con razón).
La complicación suele venir a la hora de conferirle la coherencia, si descubres que puede haber fallos argumentales o hilos sueltos, porque, a menudo, son muchos elementos a tener en cuenta que dependen unos de otros, y, al mover o eliminar uno, hay que examinar que al resto no le afecte la medida tomada o, en caso contrario, considerar su modificación o incluso eliminación. Pienso que una novela es mitad creatividad y mitad lógica (coherencia), igual que el cerebro humano.
15.- ¿Qué autor recomendarÃas y por qué?
De los clásicos ya he hablado, asà que recomendaré a alguien actual. Cristina Bermejo Rey es una autora que escribe desde la honestidad, sin pretensiones, y es capaz de conseguir escenas y relatos muy hermosos.
16.- ¿Puedes contarnos algo sobre tu último libro?
Es un libro recién salido del horno: aún está tierno, pero está teniendo una aceptación muy buena entre sus lectores. Es la historia de un personaje ficticio que está inspirado por una persona real: Guillermo Niño es un antiguo inspector de la policÃa polÃtica franquista que, en su entrada a la vejez, se ve abrumado por varias cosas que le llevan a hacer inventario de su vida. Tiene, por un lado, una obsesión irracional contra un joven vecino por su carácter errático; por otro lado, vive atormentado por un crimen que cometió durante sus torturas como miembro de la brigada polÃtica de la policÃa de Franco; y, finalmente, trata de que no le afecte el hecho de un inminente juicio por esas acciones. Sumémosle a todas estas inquietudes el hecho de descubrir la existencia de un asesino en serie, El Carcelero, que imita sus métodos durante sus crÃmenes y al que él se dispone a desenmascarar. Cuatro elementos que van confluyendo a medida que la novela avanza y que se entrelazan con sus recuerdos y vivencias pasadas.
17.- ¿Lo mejor y lo peor de ser escritor?
Lo mejor lo voy a describir gráficamente: cuando recibà los ejemplares impresos, empecé a hojearlos, y me detuve en una página, que era de mis pasajes favoritos: justo ahà me di cuenta de lo que habÃa hecho y lo que habÃa logrado, hasta el punto de emocionarme un poco. Creo que lo mejor viene a ser esa satisfacción personal de ver cómo algo que has ideado ha tomado forma, y que va a haber gente que lo lea y a la que probablemente le guste. Quizás sea la parte más bonita: el hecho de que te confirmen que has hecho un buen trabajo, lo cual te anima a seguir y a mejorar.
Lo peor: en cierto sentido, una vez publicado el libro, como no tienes un nombre realmente, es que te sientes un poco solo tratando de moverlo, de que te hagan caso, y no es por algún tipo de vanidad o ambición, sino porque piensas que te has esforzado en ello, que has escrito algo bueno que merece ser leÃdo y que serÃa una pena que se quedara en el marasmo de cientos de libros, buenos o malos, geniales o pésimos, que se quedan sepultados en el olvido. Además de esto, a veces cuesta poner otra vez los pies sobre la tierra: «He escrito un libro. Bueno, ¿y qué?»; es decir: intentar no abandonarse a la vanidad y recordar siempre que uno es solo uno más entre todos, y no hablo ahora de escritores realmente.
18.- ¿Qué buscas conseguir con tu libro?
No busco gran cosa: para mà es suficiente recompensa que me digan que les ha emocionado, que han llorado aquÃ, que han reÃdo allá, que no se esperaban ese final… Pero, a veces, cuando oigo las noticias relativas a la temática que trato, la de los torturadores franquistas, pienso que me gustarÃa que llegara a los que fueron sus vÃctimas y les dé algún tipo de consuelo, y que sepan que somos muchos los “jóvenes” que conocemos la historia, que no nos dejamos engañar por lo que nos digan, y de ahà otra cosa que incluso ya ha sucedido, y que cuando me lo dicen me pone muy contento: dar a conocer esta parte de la historia a gente que la desconoce totalmente. Es como si hubiera contribuido mÃnimamente a esa reparación que mucha gente está pidiendo desde hace mucho tiempo.
No suele estar en mi ánimo la venganza y la revancha, aunque deberÃa hacerse justicia de una vez por todas, pero sà creo que es hora de llamar al pan pan y al vino vino y echar abajo ciertos muros de mentiras y exageraciones, y abandonar de una vez por todas ese estúpido argumento de “eso ya pasó, ¿para qué remover heridas?”. Quizás haya que remover heridas para que no vuelvan a producirse ciertas cosas, sobre todo cuando hay heridas que no dejan que se cierren y otras que no dejan que se olviden. Si me dices que este libro va a reabrir esas heridas y generar una conciencia de lo que ocurrió aquÃ, no hace realmente mucho, estaré contento por haber podido echar una mano.